Fundamentos de la inteligencia emocional como base de la competencia

10/07/2020

En situaciones básicas y prácticas que requieren nuestros procesos de pensamiento crítico, nuestro cerebro vuelve a sus acciones y reacciones originales, familiares y ergonómicas. Se olvida de toda combinatoria, deliberación creativa y planificación a largo plazo. Los circuitos neuronales responsables de responder a las amenazas se formaron hace millones de años, pero a día de hoy experimentamos su potencial para paralizarnos, proporcionándonos sentimientos de ansiedad, pánico, miedo y rabia. Se disparan los niveles de azúcar en sangre, que es el combustible energético, la sangre empieza a circular más rápido y se dirige desde los centros cerebrales que se ocupan de las formas superiores de pensamiento hacia los lugares responsables de movilizar el cuerpo en situaciones de crisis. La responsable de ello es la hormona del estrés, el cortisol, que impone al funcionamiento de nuestro cerebro la adopción de una estrategia primaria de supervivencia, que consiste en la sensibilización sensorial y la supresión del pensamiento. El estrés severo deteriora nuestras capacidades mentales durante un breve periodo de tiempo, pero el estrés crónico amenaza con tener un impacto duradero y negativo en el intelecto.

Por tanto, laincapacidad para controlar las emociones conlleva la sumisión a los impulsos, de la que se resiente nuestra capacidad para pensar. El autocontrol emocional, sin embargo, no debe confundirse con un autocontrol exagerado, expresado por reacciones de supresión de todos los sentimientos y la espontaneidad. Se supone que la competencia emocional del autocontrol es la que nos permite elegir expresar nuestros sentimientos haciendo frente con eficacia a las emociones e impulsos violentos. Mantenemos una actitud positiva incluso en los momentos más difíciles gracias a nuestra capacidad para concentrarnos y pensar con claridad, porque un buen reconocimiento de las emociones negativas nos ayuda a deshacernos más rápidamente del mal humor. El arte del autocontrol consiste en gestionar las emociones de tal manera que los compuestos característicos del mal estrés no nos dominen. El cortisol se bombea entonces en dosis aceptables, equilibradas por compuestos de catecol. Entonces estamos de un humor exquisito y nuestra capacidad de pensar creativamente y de responder con brillantez es óptima, lo que garantiza que alcancemos cotas creativas e intelectuales.

De esta competencia surgen la tranquilidad y la conciencia, que se reducen a actuar con integridad y asumir la responsabilidad de los propios actos. Con esta competencia, somos capaces de actuar de manera ética, y también inspiramos confianza al ser capaces de admitir nuestros errores. Sin embargo, un comportamiento conforme no debe significar amoldarse a las expectativas de los demás, porque tal actitud inhibe el pensamiento creativo, que requiere espontaneidad y apertura a soluciones inesperadas, al tiempo que mantiene los requisitos de la concienciación, ya que garantizan la transformación de las ideas en acción.

En el mismo grupo se encuentran la innovación y la adaptabilidad, que implican una actitud de apertura a ideas novedosas y flexibilidad para aceptar exigencias diversas y cambios rápidos. Con esta competencia, somos capaces de adaptar nuestro comportamiento a las circunstancias cambiantes gracias a nuestra percepción polifacética de la realidad. Las personas con competencia innovadora buscan inspiración para el pensamiento y la acción creativos en diversas fuentes, y las ideas suelen llevar el sello de la originalidad, representando nuevos puntos de vista a pesar de los riesgos asociados a su novedad. La mente creativa, por su propia naturaleza, es revoltosa, y es un poco arriesgada la que genera creaciones inesperadas y situaciones que se apartan de los paradigmas establecidos.

En la competencia personal son importantes las motivaciones. Este concepto engloba el impulso por cumplir criterios de excelencia alcanzando metas cada vez más complejas. Los propios individuos con esta competencia son capaces de fijarlos y asumir los riesgos que conlleva su consecución, minimizando la incertidumbre con su capacidad para buscar y seleccionar adecuadamente la información y extraer conclusiones que conducen a un proceso de autoformación.

Como podemos ver en estas pocas competencias, la inteligencia emocional ya tiene sus inicios de funcionamiento a nivel fisiológico. Cabe señalar que para hablar de cualquier innovación, creatividad u otros niveles de pensamiento, hay que aplicar la famosa escala de necesidades descrita por Maslow. Sin satisfacer las necesidades fisiológicas, "no iremos más lejos", por eso es tan importante cuidar de nosotros mismos, de nuestra salud, de nuestro bienestar.