¿El gestor perfecto?

10/16/2020

Hace algún tiempo, Google realizó un estudio cuyos resultados dieron lugar a una lista de cualidades que debe poseer un directivo excelente. Hoy analizaremos esta lista y veremos hasta qué punto es única la propuesta de Google.

Entrenador

Un buen directivo es también un buen entrenador: desarrolla a su equipo. Como directivo, vale la pena que experimentes una sesión de coaching profesional para que entiendas cómo funciona el proceso. Así sabrás a qué prestar atención, qué es importante, qué valores hay que fomentar en el equipo..

El equipo

Un directivo debe reforzar el equipo y confiar en sus empleados. Capacitar para que el equipo crea en sus propias habilidades y capacidades, para que ellos mismos sean capaces de actuar y quieran desarrollarse. Confiar significa no controlar cada pequeño paso, permitirles actuar de forma independiente.

Para algunos directivos, esta cuestión puede ser problemática porque temen que el trabajo no se haga con precisión. Hemos escrito sobre el arte de delegar aquí, le animo a leerlo.

Entorno

Un buen directivo es capaz de crear un ambiente de motivación mutua que fomente la acción proactiva. También tiene en mente el éxito del equipo.

Comunicación

Siempre merece la pena garantizar una buena comunicación dentro del equipo. Y aunque este punto pueda parecer trivial, no se deje engañar. El arte de la comunicación eficaz no es moco de pavo; comunicar con claridad visiones, expectativas y planes requiere tiempo y trabajo por parte de los directivos.

Apoye

Un directivo es responsable del éxito de sus subordinados y debería interesarle reforzar y desarrollar a su equipo. Por lo tanto, merece la pena que el directivo apoye el desarrollo profesional y debata sobre el rendimiento. El éxito de un equipo o de un individuo de un grupo es también el éxito del directivo

Discutir el rendimiento también es muy importante; después de todo, el feedback constructivo es una oportunidad ideal para el desarrollo.

Colaboración

Trabajamos en un entorno tan complejo que encerrarnos sólo en nuestros propios silos no es beneficioso. Merece la pena apostar por una colaboración abierta con otros departamentos que dé lugar a proyectos conjuntos.

Decisiones

Un buen directivo debe ser capaz de tomar decisiones, especialmente las difíciles. No pocas veces las que suponen el riesgo de perder mucho dinero o incluso recursos más valiosos.

Podría parecer que no hay nada revelador en la lista anterior. Sin embargo, merece la pena centrarse seriamente en estos puntos. Por alguna razón, son los que se repiten en muchas guías o libros de gestión. Para la formación, recomendamos hacer una autoevaluación, comprobar -en una escala del 1 al 10- lo bueno que eres en cada categoría. Esto te ayudará a ver en qué tienes que trabajar todavía. No hay atajos en el trabajo de un directivo y sólo la práctica, respaldada por un conocimiento estructurado, hace al maestro