La esencia de la gestión de las emociones en la gestión de las relaciones

07/22/2020

Empecemos la entrada de hoy diciendo que no existen las emociones malas. Todas las emociones son importantes y necesarias (más información en esta entrada). Cada una tiene su lugar y sirve para algo diferente. ¿La agresividad? Una emoción muy importante que (como CUALQUIER emoción) no debe abandonarse ni suprimirse. Aparte de la tarea obvia -comportamiento de supervivencia en situaciones extremas- sirve principalmente para establecer límites y defenderlos en las relaciones entre personas. Profundizaré en este tema en las siguientes secciones de esta entrada del blog.

Gestionar las emociones de forma inteligente significa manejarlas hábilmente para mantener el control y el equilibrio emocional. Si lo consigues, será una experiencia positiva tanto para ti como para los que te rodean.

He resumido lagestión de las emociones en tres puntos diferentes, que creo que forman una especie de "hoja de ruta" para controlarlas eficazmente.

Permítete ser emocional

La educación y la crianza tradicionales casi nunca enseñan a gestionar las emociones. En lugar de eso, intentan meterte en la cabeza la idea de que hay sentimientos y emociones que nunca deberías experimentar. Te dicen, por ejemplo, que llorar o mostrar miedo no soluciona nada y que hay que cortarlos de raíz. La mayoría de las veces son los padres quienes nos imponen estos "marcos", y el niño intenta toda su vida encajar en ellos. Sin embargo, la gestión de las emociones no debe consistir en reprimirlas, sino en orientarlas en la dirección correcta.

Vale, pero ¿cómo se relaciona esto con las relaciones con los demás? Bueno, al permitirnos las emociones que todos experimentamos, nos volvemos mucho más empáticos. Aprender que no tenemos el mismo "marco" y que cada uno tiene el suyo y reacciona a su manera, enseña paciencia, tolerancia y también verdadera humildad

Observa. Mira a tu alrededor.

Al dejar entrar todas nuestras emociones, tenemos una gran oportunidad de mirar dentro de ellas, de descubrir de dónde vienen nuestras reacciones y comportamientos. En las relaciones con los demás, en realidad nos estamos mostrando a nosotros mismos. Vemos un reflejo de nosotros mismos en los demás, y lo que nos irrita es un reflejo de nuestras propias cualidades.

Comprender esto en una relación con otra persona nos permitirá "empezar por nosotros mismos". Las personas que entienden esto pueden volver a encontrarse 'en la mesa' con una actitud completamente diferente, ¡que en ese caso está condenada al éxito!

La única perspectiva correcta

La única perspectiva correcta sobre las emociones es crítica. Es una creencia común que las emociones surgen de forma puramente mecánica y que no tenemos ninguna influencia sobre ellas. Son meras interpretaciones de la realidad percibida, que a veces tienen una base sólida, pero otras no.

A veces son el resultado de razonamientos correctos y otras de creencias completamente erróneas. Por ejemplo, podemos considerar "por defecto" que algo es demasiado difícil, incluso imposible, para nosotros. También podemos enfocar la cuestión de forma que sea una oportunidad para nosotros e intentar tratarla como algo que está dentro de nuestras capacidades. Si realizamos la actividad despacio y con calma, puede que nos demos cuenta de que, después de todo, somos capaces de llevarla a cabo. Este escalonamiento de la tarea y el hecho de centrarse en cada componente por turnos es una gran pista para que los directivos ayuden a los miembros de su equipo.