Le juro lealtad - sobre la lealtad de los empleados

09/02/2020

Lealtad es una palabra que cada uno interpreta de forma diferente. El diccionario de la lengua polaca, en su definición básica, habla de "persona honesta y fiable en las relaciones con otras personas". Veamos cómo definir la lealtad en una relación entre empresario y empleado.

El establecimiento de esta relación surge cuando se establece la relación laboral. En ese momento, el empresario tiene todo el derecho a esperar plena lealtad del empleado, que en este caso significa su fiabilidad y su actitud correcta ante las obligaciones que se le encomiendan.

La prueba de fuego

¿Según qué criterios tiene el empresario la oportunidad de comprobar si un empleado recién contratado es leal? (Suponemos que los empleados actuales son leales.) Si transmitimos nuestros valores a una persona, el "código" de la empresa por así decirlo, entonces el primer criterio es si el empleado los respeta en cada situación, si se identifica con ellos. Por supuesto, no puede tratarse de comportamientos puntuales, de un espectáculo, sino de un planteamiento a largo plazo.

Tratando a la empresa como una máquina, podemos comparar a sus empleados con sus piezas. Cada una de ellas es increíblemente importante y cumple su función para que el conjunto funcione a la perfección. Un motor necesita cilindros de pistón bien conectados, pero también sin el cable que lleva el arnés de alimentación a la bujía, no se producirá el encendido. Cada empleado es un componente de este tipo. Sin embargo, las personas no son máquinas y a menudo adoptan un enfoque emocional de sus obligaciones. Si una persona vincula su futuro a una empresa, es muy probable que sea leal.

Cooperación

¿Cómo se consigue la lealtad? ¿Gritándola? ¿Hacerla cumplir con la amenaza de sanciones? Por supuesto que no La lealtad es un arma de doble filo y el empresario debe poner de su parte para generar confianza en el empleado. La lealtad es algo que, para ser duradero y genuino, no debe provenir del miedo. Una persona intimidada simplemente le caerá mal a su superior. A este respecto, me viene a la mente una de las reglas de la influencia social: la regla de la simpatía, sobre la que ya he escrito anteriormente en este artículo.

La gente se aferra al empleo por varias razones, pero la más común es la económica. Si una persona intimidada por su jefe ve una oportunidad de ganar dinero en un trabajo y un entorno diferentes, lo más sencillo es que se marche. Podemos esperar el mismo comportamiento cuando una empresa está en crisis. Una relación de lealtad, y por tanto de confianza, debe construirse por igual entre empleado y empresario.

Deber de lealtad

Según el art. 100. §2. pt. 4. K.p.p., el empleado está obligado a "velar por el bien del lugar de trabajo, proteger sus bienes y mantener en secreto la información cuya divulgación pueda exponer al empresario a un perjuicio". Sin duda, la información es poder, sobre todo en el mundo actual, tan vertiginoso. la "fuga" de información sensible, propiciada por un empleado desleal, puede sencillamente desembocar en un desastre. Desde este punto de vista, la lealtad es incluso crucial por un enorme K.

Como vemos, la verdadera lealtad sólo es alcanzable si ponemos el trabajo y el esfuerzo en construirla conscientemente y desde ambas partes: empleador y empleado.