Oficinas. ¿Un esperado regreso o ya una reliquia?

03/17/2021

Tras el 11 de septiembre, los ojos del mundo entero se volvieron hacia el problema del terrorismo. Por supuesto, este fenómeno ya existía, pero en aquel momento afectaba al país más poderoso del mundo, por lo que no se tardó en reaccionar. Además de la evidente acción militar, se empezaron a aplicar procedimientos de seguridad reforzados. Esto puede verse claramente en las puertas de detección de metales y otros explosivos que hay en gran número en los aeropuertos. Han pasado 20 años desde 2001. Mucho tiempo, ¿verdad? Casi un cuarto de siglo, y las restricciones de seguridad antiterrorista siguen funcionando prácticamente igual.

En el post de hoy, me gustaría abordar la cuestión del trabajo a distancia, en el contexto del mantenimiento, por así decirlo, de la continuidad de esta solución tras la domesticación del virus del SARS - Cov 2. Muchas empresas han introducido este sistema de trabajo con mayor o menor voluntad. Algunas con más temor causado por la situación epidemiológica, otras y más escépticas según el principio "Dura lex, sed lex".

El teletrabajo en cifras

Según un informe de la Comisión Europea, publicado el 30 de abril de 2020, antes de la pandemia éramos un 1,9% los que trabajábamos a distancia y a 40h/semana. En la actualidad, el porcentaje asciende al 85,6. Vemos claramente que hemos transformado prácticamente por completo nuestro modelo de trabajo. Esta modalidad, sin duda atractiva en su forma, ha traído muchas consecuencias positivas. Hagamos una pequeña comparación de las opiniones de los empleados de antes y durante la pandemia basándonos en el informe del comité.

  • Adaptación del trabajo a las necesidades personales: aumento del 71% al 81
  • Ahorro de tiempo (por ejemplo, para desplazarse al trabajo): aumento del 50% al 94
  • Motivación para trabajar: aumento del 28% al 45
  • Mayor satisfacción general en el trabajo: aumento del 30% al 42

No tan vistoso a largo plazo más...

El mismo informe, una publicación muy completa, contiene también la otra cara de la moneda. Ya hemos escrito antes sobre los efectos negativos del trabajo a distancia. En nuestras publicaciones hemos utilizado la psicología de la mente humana y su relación con la tarea, la "necesidad" de estabilidad y el propio movimiento físico. A todo esto se añade un hecho muy obvio y sencillo: somos animales de rebaño. Nos necesitamos los unos a los otros, necesitamos interactuar entre nosotros, y lo necesitamos en el nivel más pequeño (como el olor que desprende la otra persona). Todo esto y muchos más factores evidentes hacen que esta forma de trabajar empiece a molestarnos poco a poco. Hagamos una comparación basada en el informe anterior con la misma fórmula que en el párrafo anterior:

  • Falta de autodisciplina: aumento del 18% al 27%
  • Desdibujamiento de la frontera entre trabajo y vida privada: aumento del 16% al 53%
  • Trabajar los fines de semana: aumento del 15% al 19
  • Dificultad para concentrarse - presencia de otros miembros del hogar: aumento del 8% al 33%

Hay muchos más ejemplos a favor y en contra y no voy a mostrarlos todos aquí. Le remito al informe si tiene curiosidad: https://epale.ec.europa.eu/pl/resource-centre/content/raport-z-badania-dotyczacego-pracy-zdalnej-w-czasie-pandemii-covid-19 . La conclusión general del estudio sobre el impacto del trabajo a distancia es la siguiente: lo estamos sobrellevando, pero cada vez nos afecta más la falta de contacto con otras personas y el desorden de las zonas de trabajo y hogar. Me temo que este tipo de "recomendaciones" se mantendrán y promoverán mucho después de que se haya resuelto la crisis actual.