¿Qué significa la palabra "humano"?

12/03/2019

¡La Navidad está a la vuelta de la esquina!

Para empezar a dar paso a esta mágica época festiva con un ambiente flotante de bondad y ayuda interpersonal, ¡nos gustaría contarte una bonita y auténtica historia sobre el poder de la bondad!

Ocurrió a finales del siglo XIX en Inglaterra. Un granjero llamado Fleming salió a su campo como hacía todas las mañanas. Mientras trabajaba, oyó unos gritos procedentes de un bosque pantanoso cercano. Lo dejó todo y salió corriendo a ver qué ocurría. En el acto, vio a un niño pequeño atrapado en el pantano y ahogándose desesperadamente tratando de salir de él. El hombre cogió rápidamente una rama larga que estaba tirada y se la deslizó al niño para que tuviera algo a lo que agarrarse. De este modo consiguió salvar al niño de la muerte. El pequeño, tras escapar de la trampa, asustado, huyó sin decir palabra. El granjero volvió a sus quehaceres.

Al anochecer, el hombre volvió a casa, con su mujer y un grupo de sus hijos. Se sentaron a cenar juntos. De repente, llamaron a la puerta. El granjero se levantó y fue a abrir la puerta, comprobando quién estaba al otro lado y qué hacía en el umbral de su casa a una hora tan tardía.

-Buenas noches. - Se presentó el desconocido, un caballero con elegante traje y un estiloso cilindro en la cabeza.

-Buenas noches. - Contestó el granjero.

Al lado del poderoso caballero estaba el chico que había sido rescatado durante el día rescatado por el granjero.

-¿Reconoce a este niño? - Preguntó el hombre.

-Lo reconozco, es el niño que he sacado hoy del pantano. - Respondió el granjero.

-Este es mi hijo, no tengo palabras para agradecerle que lo haya rescatado, pero al menos acepte este dinero de mi parte. - Dijo el hombre distinguido, sacando un monedero.

-No aceptaré ningún dinero, es algo normal y humano ayudar a los demás. - Respondió el granjero, y en ese momento su hijo corrió a sus pies, curioso por saber quién era el que había aparecido en el umbral de su casa.

- Éste es su hijo", preguntó el hombre.

- El mío. - Respondió el granjero.

- Ya que no quieres el dinero y yo quiero pagártelo de verdad me ofrezco a darte la educación que tú no podrás darle a tu hijo poder darle. - El granjero, sabiendo que el poderoso señor tenía razón y que, en efecto, nunca educación que se le ofrecía, aceptó tras una breve reflexión oferta, aceptó tras una breve consideración.

El hijo de un hombre elegante y un granjero, se hicieron amigos y juntos fueron a estudiar a la mejor escuela del país. Uno de ellos uno estudió Derecho y el otro Medicina. Pasaron los años y los chicos crecieron juntos. Fue un período en el que la entonces mortal para una gripe humana. En un momento dado, el virus creció tan fuerte que ya estaba hasta el punto de tener que hablar de epidemia. El microorganismo, que estaba diezmando a la población, llevó al hijo del granjero a trabajar intensamente en la granja al hijo del granjero a trabajar intensamente en una vacuna. Como probablemente como usted puede haber adivinado en el momento, el niño se dedicó a la medicina, y su nombre era Alexander ... Alexander Fleming - el inventor de la penicilina. Así es como el hombre, salvó a su amigo que estudiaba derecho y se llamaba...Winston Churchill..

En esta breve parábola, queríamos, como se suele decir "restaurar la fe en la humanidad" e inspirarles en esta mágica Navidad tiempo de hacer el bien, porque como decía el clásico:

La bondad es lo único que si se comparte, se multiplica.