¿Se puede aprender a gestionar el estrés?

06/29/2020

Los estudios demuestran que el estrés crónico y diario afecta a casi la mitad de los polacos. Puede paralizar y, por tanto, imposibilitar el trabajo o las actividades cotidianas.

El estrés puede controlarse, ¡e incluso se puede aprender a controlarlo! Para ello, es importante comprender los factores del estrés, para poder desarrollar después un plan de prevención de las situaciones que pueden causarlo.

Muy a menudo, el estrés tiene un impacto negativo en la eficiencia y el compromiso de un empleado. También ocurre muchas veces que una persona que antes estaba satisfecha con su puesto dimite de repente.

¿Por qué? Puede haber infinidad de razones: trabajar bajo presión de tiempo, una sobrecarga de responsabilidades, problemas personales. El estrés, paradójicamente, también puede deberse a tareas monótonas.

Muchos empleados también están estresados por condiciones contractuales poco claras o por la falta total de ellas.

Los directivos deben ocuparse de sus empleados

Ya en la fase de contratación, es aconsejable definir claramente el alcance de las responsabilidades y presentar un itinerario de desarrollo

También merece la pena conocer a sus empleados: las encuestas periódicas sobre el estrés laboral le dirán hasta qué punto afecta este problema a su empresa.

Además de esas encuestas, observe. Si un empleado falta cada vez más días al trabajo, o notas un descenso en su motivación o rendimiento, merece la pena tener una conversación franca con él.

Hoy en día se habla mucho del desarrollo de los empleados: formación temática, talleres. Aprender a gestionar el estrés y desarrollar la inteligencia emocional debería ser igual de importante.

¿Cómo se aprende a gestionar el estrés?

Tómese un descanso

El tiempo libre es tan importante como el tiempo dedicado al estudio o al trabajo. Es importante encontrar un equilibrio en todos los aspectos de la vida. Por eso, ¿por qué no dejar de hacer horas extras y pasar un rato con la familia o los amigos? Una bicicleta, un libro, un spa en casa... en realidad hay muchas oportunidades (agradables) de este tipo.

No te encorves

Puede que pienses que las malas posturas y el estrés tienen poco en común. Sin embargo, conviene saber que hay posturas estresantes y posturas antiestrés. La espalda encorvada, los músculos tensos y el cuerpo contorsionado reducen los niveles de energía y contribuyen a la sensación de desánimo. Además, un pecho erguido se asocia con la confianza y la audacia: con esas cualidades es más fácil enfrentarse a la adversidad.

Encuentre su afición

O dedícate más a una que ya hayas encontrado Los momentos para ti mismo son increíblemente importantes si quieres cuidar tu paz interior. ¿Quizá hace tiempo que querías probar a montar a caballo, pero siempre surgía algo más importante? ¿O tal vez correr solía darte un descanso mental? Pregúntate qué te hace feliz y hazlo

Practique la gratitud

Empieza con pequeños pasos: intenta enumerar tres cosas, situaciones, personas -lo que sea- por las que estás agradecido antes de irte a la cama. Al cabo de un tiempo, empezarás a notar cada vez más estos aspectos positivos en tu vida. Tu energía fluye hacia donde está tu atención- dijo alguien sabio una vez. Así que en lugar de centrarte en los momentos desagradables, fíjate en los buenos y atráelos hacia ti.

El estrés en muchas etapas de nuestra vida es inevitable. Sin embargo, hay muchas formas de afrontarlo, la mayoría de ellas cambios sencillos que puedes intentar introducir en tu vida hoy mismo y enseñárselos a tus seres queridos.