Unas palabras sobre un buen entrenador

08/21/2020

En entradas anteriores, nos hemos centrado mucho en el tema de la gestión y los directivos, es decir, los propios directivos. Teniendo esto en cuenta, ha llegado el momento de centrarnos en el coach.

Entrenador, formador, profesor, mentor. Estos términos son sólo aparentemente simonía. Llevan mucho más contenido que una persona puede transmitir a otra en el curso de su aprendizaje. Por supuesto, un mentor también es una persona que, como un entrenador, transmite conocimientos, pero normalmente cuando decimos "entrenador" nos referimos a toda la compleja relación de alumno/jugador y entrenador.

Por ejemplo, las artes marciales japonesas, como el judo, el aikido o el kyudo, contienen colectivamente la terminación "do". En japonés, "do" significa camino y es un camino compartido que el entrenador y el alumno recorren juntos de la mano. Describiremos las cuatro cualidades que, en nuestra opinión, mejor caracterizan a un verdadero entrenador do.

Autenticidad

Se trata de una cualidad sin la cual ninguna persona que enseñe a otras conseguirá buenos resultados. Cuántas películas se han hecho mostrando a profesores con una pasión genuina, con ese toque de Dios por la enseñanza, que, trabajando con personas dotadas, lograron grandes resultados en sus campos. Esa es la autenticidad en lo que uno hace. Primero hay que encenderse uno mismo para poder encender a los demás

Perseverancia

Por perseverancia también entiendo mucha paciencia. El camino hacia el éxito, juntos, siempre está lleno de trabajo duro. Muchas veces es un camino sinuoso y lleno de baches. Antes de que un entrenador y sus alumnos saboreen la victoria, suelen probar la derrota. Aquí, la paciencia del entrenador desempeña un papel clave, porque lo que está en juego es esa paciencia para creer en el potencial que ha visto en el alumno al principio. Recuerde que los griegos ya decían que "la paciencia es la clave de la felicidad"

Pasión

La pasión es una cualidad sin la cual no tendremos verdadero éxito en ninguna profesión. Aunque nuestras finanzas o nuestra posición puedan parecer sensacionales en nuestra cuenta bancaria y en nuestro currículum, si soñamos con la verdadera realización, debemos vivir lo que hacemos cada día. Enseñar debe ser una auténtica pasión... acabamos de resumir dos cualidades:)

Imparcialidad

La honestidad y la imparcialidad son cualidades que caracterizan no sólo a un buen entrenador, sino también, sencillamente, a una buena persona... Aunque la opinión de un entrenador siempre será subjetiva, su evaluación hacia sus pupilos debe ser coherente y basada en hechos. Para la evaluación, el formador suele contar con las ayudas - herramientas adecuadas.

Hay muchas más cualidades que describen a un buen formador. Sin embargo, estas cuatro son, en nuestra opinión, la base absoluta de los valores que deben caracterizar a una persona que transmite sus conocimientos a los demás. Un buen formador vale su peso en oro, porque es de suma importancia poseer conocimientos y ser capaz de transmitirlos a los demás de manera que se les enseñe eficazmente (por ejemplo, a un nuevo empleado sus responsabilidades en el funcionamiento ulterior de la empresa).